El homeOffice, lejos de haberse convertido en un nuevo estilo de vida y con las consecuencias que trajo el COVID para mantener el distanciamiento, ha permitido mantener empleos (en aquellos en donde la virtualidad es viable) y a las organizaciones produciendo.
Definitivamente el COVID ha permitido acelerar el brinco tecnológico ( que se esperaba a corto plazo) ya sea por que estaba siendo integrado en los procesos de las organizaciones o simplemente era la única alternativa para mantenerla a flote, esto lejos de ser una trillada frase nos ha permitido disfrutar de algunas ventajas en estos ya casi dos años.
Muchos tuvimos que despedirnos de las oficinas, reuniones presenciales y demás (de forma temporal o definitiva en algunos casos), para convertirnos en entes virtuales, que hacen video conferencias por ZOOM, llamadas por Whatsapp y que utilizan herramientas colaborativas.
Como no todo fueron mieles durante este proceso, sobre todo al referirnos al errónea conceptualización de que HomeOffice significa «disponible 24/7», etc. etc. (pero bueno esto lo trataré en otro post)
Es probable que el mundo cambie a partir de esto (de hecho lo ha venido haciendo) para bien!!, ahora las organizaciones son conscientes, que ya sea que sus empleados asistan presencial o virtual, la empresa puede seguir trabajando. Los empleados pueden ser realmente productivos ( en los casos en dónde esto aplique), no perder horas atascados en el tráfico, gastos innecesarios de transporte y todo lo que esto involucra, además de permitirles disfrutar de tiempos de calidad con sus seres queridos.
En estos casi dos años del trabajo desde casa, no todo ha sido mieles, sin embargo hoy como nunca he podido ver con satisfacción como el área de TI (tecnología) se ha convertido en un puntal importante en las organizaciones y que de hecho gracias a esto la gente, que nos dedicamos al desarrollo de software, hemos sido visibilizados y hoy por hoy nuestro trabajo tiene alta demanda mundialmente.
En la foto, mi HomeOffice